España es uno de los países europeos que están a la cabeza en cuanto a fracaso y abandono escolar se refiere. El fracaso escolar se entiende como el bajo rendimiento que consigue un alumno en relación con las expectativas que tiene la institución educativa a la que asiste. Es decir, se espera que los alumnos de un centro cumplan con el currículo establecido, se adecuen a él y se beneficien de las oportunidades educativas que se le brindan. Este fracaso escolar se acentúa de forma significativa durante la etapa de Educación Secundaria y deriva en muchas ocasiones en un abandono escolar prematuro.
Todo aquel que esté involucrado en la educación de niños y adolescentes se puede plantear toda una serie de cuestiones a este respecto. No es extraño que alguna vez un alumno no apruebe una asignatura, pero ¿qué ocurre si esto ocurre de manera frecuente y recurrente de forma que pueda poner en riesgo su futuro académico?¿Cuáles son las causas? ¿Cómo podemos prevenirlo?¿Cómo podemos ayudar para encontrar una solución? ¿Dónde y a quién debemos acudir?
El fracaso escolar es un tema complejo de tratar, ya que son múltiples las causas que pueden estar influyendo en los resultados que obtienen nuestros hijos, entre las más frecuentes durante la etapa de Primaria, encontramos: capacidad intelectual significativamente por encima o por debajo de la media, trastornos de aprendizaje, trastornos emocionales, trastorno de déficit de atención con hiperactividad, trastorno negativista desafiante u otras causas como malos hábitos de estudio o inadecuadas prácticas pedagógicas tanto en el ámbito escolar como familiar. Si a estos factores, se unen la influencia del grupo de iguales y el deseo de independencia durante la etapa de Secundaria, el abandono escolar puede llegar a convertirse en la consecuencia.
El porcentaje de alumnos con dificultades académicas durante la etapa de Secundaria es bastante importante, a los 15 años el 29% de los estudiantes ha repetido curso alguna vez, pero antes de llegar a esa etapa, ¿qué es lo que falla? ¿se puede evitar o prevenir el fracaso escolar? Sin duda, podemos desarrollar pautas comunicativas, costumbres y habilidades que ayuden a prevenir un bajo rendimiento escolar. El diálogo abierto y la colaboración con el centro donde tengamos escolarizados a nuestros hijos, la detección precoz de posibles dificultades en la esfera personal del niño (ya sea a nivel físico, psicopedagógico o social), y un contexto familiar en el que se establezcan relaciones familiares basadas en la confianza y el afecto, sin olvidar el establecimiento de límites y normas, serán puntos básicos a la hora de prevenir y evitar que nuestro hijo no alcance los objetivos académicos que se encuentra en condiciones de alcanzar.
Sin duda, la situación ideal nos dejaría en el nivel preventivo, pero si el fracaso escolar parece haberse instaurado ya en la dinámica de la vida de nuestros hijos, podemos intentar poner remedio, acudiendo a los profesionales especializados: comenzando por el orientador del colegio o instituto que aconsejará ofrecer apoyos psicopedagógicos ya sea en el mismo centro o la derivación a otros: psicólogos, logopedas o personal necesario externos al centro, que sabrán encontrar los elementos que están influyendo en el rendimiento que nos preocupa a través de diversos instrumentos (entrevista personal, análisis de tareas, test…). Y, una vez encontrada la/s causa/s, será preciso tomar conciencia de la dificultad y elaborar un plan de actuación conjunta, así como llevar a cabo un programa personalizado adecuado a sus necesidades particulares, en el que se fijen metas realistas y alcanzables y en el que se dote al niño o adolescente de las herramientas necesarias para que, llegado el momento, pueda usarlas de manera autónoma y así alcanzar los objetivos que desee alcanzar. Así mismo, será esencial la ayuda que se pueda aportar desde el hogar, atendiendo las recomendaciones y trabajando de forma coordinada con los profesionales a cargo del tratamiento y conjuntamente afianzar los avances que vayan sucediéndose. Salir del fracaso y experimentar el éxito son clave para despertar en el alumno el deseo de persistir y no abandonar!
En Psicología Palma sabemos cómo dotar al menor con las herramientas necesarias para lograr el éxito académico mientras que también cuidamos de su parte emocional.